La ambiciosa ayudante del departamento editorial, Rosie Myers, había logrado por fin una oportunidad para demostrar su valía. Cuando el escritor de la columna titulada, El señor Consejos se escapó con una bailarina de streap-tease, a Rosie le encargaron la labor de llenar ese vacío.
Solo había una pequeña dificultad: tenía que escribir como un hombre.
Eso no fue un problema, hasta que empezó a recibir cartas de un atractivo abogado, Ben Taylor. Él pensaba que necesitaba una charla de hombre a hombre, pero Rosie sabía que lo que necesitaba era una mujer…