Obra de teatro atribuida a Tirso de Molina y datada alrededor de 1630, "El burlador de Sevilla" (título completo: "El burlador de Sevilla y convidado de piedra"), pese a todas las polémicas y controversias, tiene el honor de ser el primer hito en la fecunda y fascinante vida de un mito universal: Don Juan.
En este drama fundacional se encuentran los tres rasgos que caracterizan la estructura donjuanesca: el héroe transgresor, el grupo femenino y la muerte; invariantes míticas que serán desarrolladas, transformadas o subvertidas, siguiendo cauces de las más diversas poéticas, por su larga y copiosa descendencia. Este héroe mítico, nacido en el corazón del Barroco español y mecido por los aires de la Contrarreforma, contiene, aunque todavía en germen, todos los sentidos que irá adquiriendo con el tiempo: el rebelde social, el seductor, el hombre enfrentado a Dios y su esencial e inevitable encuentro con lo sobrenatural, con la muerte.
"El burlador de Sevilla" se centra en las hazañas amorosas de un caballero, don Juan Tenorio, que valiéndose de su ingenio y su buena presencia, engaña a cuanta doncella y dama bella se le pone al alcance y también a sus padres o pretendientes. Se narra aquí como debe huir de Nápoles por una de sus afrentas y como en su viaje a Sevilla realiza otros engaños.