En esta obra, Juan Valera cuenta la historia de Doña Luz, hija del marqués de Villafría. Al morir el marqués, confía a su hija, de 15 años, al cuidado de su administrador, Don Acisclo. El hombre cuida bien a Doña Luz, quien permanece en el pueblo llevando una vida ejemplar y haciéndose querer por todo el mundo, pero desdeñando a cualquier posible pretendiente.