Nadie habría pensado que aquella boda tendría lugar; estaban a punto de unirse dos de las familias más antiguas de Grecia. Llevaban siglos enemistadas, pero parecía que el conflicto había llegado a su fin. Sebastien Fiorukis iba a casarse con Alesia Philipos.
Sin embargo, aquel matrimonio no era lo que parecía… Alesia no deseaba casarse, sino que había sido comprada por su esposo. ¿Qué exigía? Un heredero que uniera ambas familias para siempre… Pero lo que Sebastien no sabía era que su esposa jamás daría a luz un niño engendrado sin amor.