Esta obra pone en claro por qué el petróleo se ha convertido en la sangre del sistema político y económico mundial; y su control, en eje de la política de las potencias. Mediante los casos de Colombia y México, con claridad y agudeza, la autora analiza cómo es que las bonanzas de producción y precios se transformaron en agotamiento de las reservas, petrolización de las cuentas fiscales, retroceso de la agricultura y las manufacturas, y precariedad del empleo y los ingresos. Una obra que da luces sobre los probables efectos de la reciente reforma energética mexicana y es sin duda una gran contribución al entendimiento nacional e internacional de la problemática petrolera.