La crisis de la deuda de los ochenta constituyó un parteaguas en las economías y en las políticas económicas de los países de América Latina: marcó el fin del modelo de industrialización liderada por el Estado y el inicio del esquema basado en las exportaciones y las inversiones extranjeras, redefiniendo la forma de inserción de la región en el mundo. Los autores de este libro buscan despejar interrogantes sobre los avances logrados en varios campos en los treinta años examinados, y sobre las causas de la insatisfacción de la población por la brecha entre las expectativas y los logros y el rezago en equidad.