“Cuanto se relata en este libro es cierto, pero en Cuba no se habla de ello”: tal fue la síntesis de un alto funcionario castrista tras conocer la peripecia de la agente Mariana entre La Habana y Sierra Maestra. Tortura y muerte: palizas, descargas eléctricas, ahogamientos, uñas y ojos arrancados, tiro en la nuca… Mariana —nombre de guerra— es una española emigrada a Cuba que podría llevar vida sosegada en ambientes burgueses. Muchacha atractiva, está destinada a un “buen matrimonio” dentro de los círculos del Club Español y el Centro Gallego de la capital. Pero escoge la revolución, el Movimiento 26-J que dirigen los hermanos Castro Ruz desde las sombras. Detesta la dictadura de Franco y no está dispuesta a aguantar la de Batista. Todas las gestas tienen figuras que se van amplificando con apoyo de la historiografía oficial. Pero también las hay que no pasan a la Historia con sus acciones heroicas, nunca registradas por su condición clandestina. Raramente, en algún documento de la Revolución Cubana ya triunfante aparece Juana Maseda Samartín, nombre verdadero de una gallega entregada a la causa según constaba entre las fichas del policía siempre dispuesto a liquidarla, Ventura (el “Segura” de Graham Green en Our Man in Havana). La agente del 26-J es el reportaje novelado de las andanzas subversivas de Juana Maseda, que Xavier Alcalá recoge y estructura magistralmente dando voz a la protagonista en primera persona. En él surgen personajes famosos tratados por Mariana, cuya inédita relación con ellos sorprende, como lo hacen sus comportamientos: el caso de Ernest Hemingway es memorable, pero no único. El lector puede comenzar este libro por su final, revisando el Glosario y la nómina de los que aparecen, con nombres reales y alias secretos.